Breve introducción al blog
¡Hola vividores!
Podéis llamarme Rodre. En realidad mi nombre es compuesto, pero no me gusta tener nombre de virgen (aún así queda chulo decir "L.A. yeah, that's my second name")
Nací para conocer. Se conoce mediante la experiencia y ésta te la da la vida. En resumen, nací para vivir. Pero hay muchas maneras de hacerlo y a mí me gusta viajar, la fotografía y las galletas, es lo que hay.
Soy un bípedo implume y le busco lógica a todo, pero mas bien mi mente lo centrifuga todo hasta hacer que pierda sentido. Una locura.
Tengo otro blog, el de "Hoy me siento feliz" pero este es diferente. Es mucho más personal, es posible que ya te hayas dado cuenta de que desvarío, puede ser que sea porque estoy un poco loca.
¡Espero que disfrutéis! :)
miércoles, 18 de febrero de 2015
Love junkie
Miro por la ventana y contemplo cómo amanece el mundo mientras me arrumo a mí misma porque no hay quien lo haga. Poco a poco las luces llegan como destellos y colorean las paredes que antes eran negras como un tizón. Lástima que mi ventana de a un patio interior.
Me pincho al besar la flor azul que hay en mis labios, como una rutina de buenos días mientras abro poco a poco los ojos, que se despiertan cansados, hundidos, escondidos tras las ojeras acumuladas, semana tras semana. Veo cómo llega la luz y lo único que enseña es oscuridad. Veo llegar el calor y lo que noto es que sigue haciendo frío. Veo cómo sale el sol pero sigo notando la lluvia que me distrae unos momentos más hasta que salgo de la cama.
Cae una copa al suelo y escucho los trozos de vidrio que se esparcen por el piso y también el líquido rojo que se expande, marcando como posesión a todos los objetos a los que llega a alcanzar. Lo oigo, lo siento, igual que siento ese carámbano atravesado en mi pecho. Empezó como una flecha y mi propia escarcha lo ha agrandado hasta que dentro de mí sólo noto una ausencia, en el agujero por el que me atraviesa.
No hay historia porque no hay nada que contar.
Me pincho al besar la flor azul que hay en mis labios, como una rutina de buenos días mientras abro poco a poco los ojos, que se despiertan cansados, hundidos, escondidos tras las ojeras acumuladas, semana tras semana. Veo cómo llega la luz y lo único que enseña es oscuridad. Veo llegar el calor y lo que noto es que sigue haciendo frío. Veo cómo sale el sol pero sigo notando la lluvia que me distrae unos momentos más hasta que salgo de la cama.
Cae una copa al suelo y escucho los trozos de vidrio que se esparcen por el piso y también el líquido rojo que se expande, marcando como posesión a todos los objetos a los que llega a alcanzar. Lo oigo, lo siento, igual que siento ese carámbano atravesado en mi pecho. Empezó como una flecha y mi propia escarcha lo ha agrandado hasta que dentro de mí sólo noto una ausencia, en el agujero por el que me atraviesa.
No hay historia porque no hay nada que contar.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario