Breve introducción al blog

Inicio por aquí :)

¡Hola vividores!

Podéis llamarme Rodre. En realidad mi nombre es compuesto, pero no me gusta tener nombre de virgen (aún así queda chulo decir "L.A. yeah, that's my second name")

Nací para conocer. Se conoce mediante la experiencia y ésta te la da la vida. En resumen, nací para vivir. Pero hay muchas maneras de hacerlo y a mí me gusta viajar, la fotografía y las galletas, es lo que hay.

Soy un bípedo implume y le busco lógica a todo, pero mas bien mi mente lo centrifuga todo hasta hacer que pierda sentido. Una locura.

Tengo otro blog, el de "Hoy me siento feliz" pero este es diferente. Es mucho más personal, es posible que ya te hayas dado cuenta de que desvarío, puede ser que sea porque estoy un poco loca.

¡Espero que disfrutéis! :)

lunes, 19 de marzo de 2012

Oscuridad


Abrió los ojos, pero no cambió la situación. Simplemente era negro, todo negro a su alrededor. Probó mirándose sus manos, las sentía, pero solo eran negro en el espacio, ni un ápice de luz, provocaba una sensación de inexistencia que cubrió su vacío en un momento. Intentó dar un paso a tientas, temiendo caer, tratando te encontrar algún punto de referencia que para orientarse, para saber si estaba a solas y para imaginarse cómo podía ser esa nada que se extendía a su alrededor, pero ni si quiera parecía encontrar el suelo. Era como si cayera hacia el infinito, desde el infinito. Sin poder ver el principio ni el final de aquél sitio en el que estaba.
De repente, una mota, algo que parecía tener un color diferente del negro apareció en el medio de toda esa inmensidad. Comenzó a mirarla, pensando en cómo podría aproximarse más, sólo quería saber si seguía existiendo, pero no había nada que agarrar, ni suelo sobre el que caminar ni aire o agua sobre los que deslizarse. Simplemente se mantuvo mirándolo, tratando de recordar cómo eran los colores antes de que ese sueño llegara a su fin.



Nota: ¿Raro? Ha sido escrito mientras escuchaba el disco de "The dark side of the moon" de Pink Floyd. Así ha salido ésto. Completamente sensitivo, me ha absorbido mientras lo escribía, dejó todo de existir. En fin, un viaje al surrealismo ;)

domingo, 11 de marzo de 2012

El hombre y los pájaros

Una suave brisa refrescaba la estancia, básicamente amueblada con una mecedora y una mesita, el aire entraba por el balcón y hacía bailar las cortinas de una manera delicada y conjunta. Del exterior entraban olores suaves y el piar de los pájaros en el exterior inundaban la salita con una paz que parecía hacer reavivar la infacia. Tras las puertas abiertas del balcón se veían, cuidadosamente dispuestas, un grupo de jaulas, limpias y colgadas. Todas con comida y bebida, pero muchas de ellas vacías.
Se acercó a ellas y comprobó que todas tenían las puertas abiertas "¡era un viejo tan despistado!", fue cerrándolas una a una, con cuidado de no asustar a los pocos pajarillos a los que no había dado tiempo de escapar.
-Nunca me gustó cortar alas.
Se sobresaltó al oír su voz a sus espaldas. Se había acercado tranquilamente y no había notado la presencia del dueño de la casa. No parecía preocupado por el hecho de que casi todos sus pájaros se hubiesen escapado, solo sonreía plácidamente mientras volvía a abrir las pajareras.
-Si realmente aprecias lo que te rodea, querrás lo mejor para ellos. Si quieren alejarse de mí, lo harán; pero siempre van a tener esas casitas si algún día quieren al menos repostar en las migraciones...

Sus ojos marrones brillaban de un modo pícaro pero cariñoso. Era una mirada que convertía en cómplice de una broma que no había sido gastada, y al mismo tiempo, era una cara marcada por arrugas de experiencia y canas de sabiduría.

jueves, 8 de marzo de 2012

Sin definir.

Enciende su cigarrillo, y aspira, notando ya la nube. Le gusta la sensación que da la primera calada, cómo ese humo amargo le invade la boca, y lo expulsa; no le gusta tragar el humo, cuando fuma lo hace porque le apetece notar ese sabor. Manos largas, finas, le dan un aire elegante del que nunca ha sido consciente, con esa neblina artificial a su alrededor que le hace parecer un ser místico sin apenas darse cuenta de ello. Simplemente mira al infinito y en sus ojos se adivina un mundo vestido con iris marrón, todo concentrado, oculto en su mente. Es una sensación curiosa la de estar tan cerca de una persona como aquella sabiendo que ella está mucho más allá de las estrellas. Parece no darse cuenta en su aparente tranquilidad que calma y excita a toda persona que se acerca demasiado.

domingo, 4 de marzo de 2012

Desenmascarado

Caminaba como era costumbre en él, con las manos dentro de los bolsillos entre callejuelas estrechas. No le importaba andar solo, lo prefería a las zonas tan masificadas en las que el tráfico le impedía ir a su propio ritmo, más allá del que marcaban los semáforos, era un ritmo que parecía estar fijado. Todo parecía seguir una mecánica demasiado matemática como para que se sintiera cómoda en ella; casi todos caminaban a un mismo ritmo con un destino aparentemente diferente, pero idéntico en esencia. Además no se sentía a salvo con todas las máscaras de las que presumían satisfechos sus propietarios desde que se puso de moda. Todos los que las lucían las mostraban con orgullo y comentaban todas las cosas buenas que tenían aquellas máscaras.
Había conseguido la suya en un arrebato, pero no le gustaba llevarla, le parecía demasiado incómoda y simplemente la mantenía almacenada en el armario criando polvo, como todas otras cosas que tenía por si algún día las necesitaba.

Nunca se había sentido especialmente orgulloso de no ser como ellos, tan sólo de vez en cuando, cuando le preguntaban su por qué, y entonces era cuando defendía su propia diferencia, el no unirse a la mayoría. A veces incluso, le hacía sentir especial. Y entonces, ellos contestaban alegremente que a ellos no les importaban los demás, que si llevaban la máscara era porque realmente les gustaba, como individuos, que la llevarían aunque el resto no lo hiciera.
"Pero sin embargo, no decías lo mismo cuando aún no las llevaba todo el mundo."

Nunca supo lo que le pasó, se dejó arrastrar por una ola, pero simplemente, un día se dio cuenta de que ahora se sentía cómodo con ese ritmo marcado, hacia ese mismo destino, de que también él presentaba alegre su máscara, de que miraba raro a todos los que no la llevaban, como antes solía hacer él.
Y entonces fue cuando, al darse cuenta de que ya contaba con ese destino estándar, se sintió la persona más perdida del mundo.

Do not forget it

Hug the life, love your life.


jueves, 1 de marzo de 2012

Enjaulado

Le había notado un poco raro estos últimos días, parecía solitario, estaba ausente. Su mente parecía embotada, no se concentraba. Cuando le vio mirar al techo por tercera vez ese minuto, se decidió a preguntarle.
-¿Qué es lo que te pasa ahora?
Unos ojos que chisporroteban locura como una llama encendida se posaron en su propia mirada, y a pesar de todo, parecía no poder verle. Con una cara que mezclaba de una forma desorbitada la tristeza más profunda junto con la fantasía más avivada, dejó que salieran poco a poco las palabras de su boca:
-Me siento... con ganas de correr.-Su amigo abrió la boca para replicarle, pero siguió hablando- No correr, en el sentido literal, si no, simplemente salir de aquí. Últimamente he notado que vivimos en una cárcel. Muy grande, cierto, pero una cárcel a fin de cuentas. Cuando le compras una pecera más grande a tus peces los sigues manteniendo en cautividad. Éso es lo que me pasa.
Frunció el ceño ante la ambigua respuesta de su amigo. No sabía qué contestar a ello. Simplemente se quedaron mirándose el uno al otro, hasta que al final, su compañero retomó su respuesta.
-Verás, hace tiempo ya que no salgo de aquí, es decir, siempre hay cosas nuevas que descubrir en la gran ciudad. El único defecto que tiene, es que es sólo una ciudad. Con la misma gente y las mismas cosas al fin y al cabo. Hay mucho más allá del río, ¿sabes? ¡un mundo entero! Y tú y yo parece que estamos echando muchas raíces en este lugar. Vente conmigo, vámonos juntos a descubrir el presente...